Cuando la defensa se convierte en ofensa
El portavoz del PP, el señor Alejandro Liz, en su intervención en defensa de los circos con animales, le sirvió como argumento la política de defensa de los animales que hizo el gobierno de la Alemania nazi, parece que veía un paralelismo entre el proceder del nazismo, sensible ante los animales y despiadado ante los humanos, y las personas que en la actualidad denuncian el maltrato de los animales. Podríamos concluir que denunciaba que éstas son más sensibles al sufrimiento animal que al humano y que, si no les cortábamos el paso, terminarán por privarnos de la libertad y, quién sabe, si no buscarían la solución final. Con este argumento, creo que ha ofendido a todas las personas que ven innecesario el sufrimiento animal por puro divertimento.